jueves, 20 de junio de 2024

El síntoma olvidado | El trencito de la tristeza


 Texto Andrés Birman 

El futuro que imaginábamos con tanta euforia y ansiedad, antes de la llegada del 2000, terminó siendo esta cosa en la que pagamos cualquier producto leyendo códigos desde un celular, nos hablamos con robots que no entienden el reclamo y apostamos a qué hora será el primer tiro de esquina en un Flandria-Laferrere.


El planeta todo se convirtió en un Instagram gigantesco en el que un montón de personas te va a preguntar cómo estás hoy, pero ninguna estará preparada para recibir un "mal" como respuesta. Una especie de red social enorme en la que sólo importa que tengas una sonrisa para mostrar que la pasás bárbaro, sin importar si por dentro estás todo chamuscado. Y sabemos bien que es mucho mejor visto sentir alegría que andar medio de bajón por los rincones.

Sonará medio contradictorio, pero encuentro cierta satisfacción en que algunas situaciones no me sean indiferentes. Hablo de acontecimientos ante los que sólo se puede reaccionar con angustia. Raro sería que las calles que habito me pusieran feliz.

Hace años flasheo con juntar un par de bajoneros, alquilar un bondi y montar el trencito de la tristeza. Pasear por todos los barrios y que sea imposible no vernos. Un vehículo en el que suenen las canciones que nunca pondríamos en una fiesta de casamiento y en el que ni Mickey, ni Pluto, ni la Pantera Rosa, ni el Pato Donald tirando papelitos y agitando matracas sean bienvenidos. Podría haber personajes caracterizados como el Joker, el Jack de Tim Burton, Trapito, Faivel o Gil (aquel fracasado divertido que vive en Springfield).

Tengo ganas de esquivar la imposición de ocultar la pesadumbre, esa pelotudez que nos vendieron, y dejar de creer que la alegría es un negocio más rentable. Al fin y al cabo, los antidepresivos y los ansiolíticos cuestan un billetazo. Le hemos aportado muchísimo a este sistema cruel, hacemos que La Tierra gire sobre su eje y siguen escondiéndonos bajo la alfombra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario