Para ElAcople.com | Publicada el 19 de diciembre de 2016
Fotos: Fernando Fernández | ElAcople.com
Por Andrés Birman |
El show marcó el regreso del rock nacional al escenario de Núñez. Durante tres horas, la banda despidió su año más importante.
Desde mayo de 2009 que el rock argentino, por fuera de los grandes festivales, no sonaba en la cancha de River Plate. Los Piojos habían sido los últimos en anunciar un recital allí. La Beriso, que tiene todo lo necesario para ser la banda del momento (especialmente un gran número de fieles seguidores y otro de fervientes detractores) se subió al emblemático escenario de Núñez para despedir su año más exitoso. Los oriundos de Avellaneda telonearon a los Rolling Stones en febrero, llenaron dos veces Ferro y doce el Auditorio Sur; pero el sábado ofrecieron el show más convocante en sus 18 años de historia.
Las inmediaciones se fueron poblando desde muy temprano y al ingresar, muchos de los 55 mil asistentes recibieron los preservativos con packaging especial que se repartieron en marco de una campaña de prevención del HIV. Adentro, los españoles de Ciclonautas ofrecían un breve set de rock duro y agradecían “por estar acá, que es un verdadero placer”. El grupo dejó la escena entre respetuosos aplausos. Su cantante, Mai Medina, aseguraba: “De acá en adelante, ustedes son mis hermanos. Me los voy a llevar hasta los huesos”.
Luego fue el turno de La perra que los parió, que abrió con “Mis ojos” y repasó canciones como “Para seguir”, “Lo que nunca te dije” y “El viajero”. Fueron levantando intensidad cerca del final, en el que el cantante Nahuel Amarilla señaló: “Es fácil estar atrás de un escritorio decidiendo quién suena en las radios. Gracias a La Beriso por compartir el éxito. Los que hablan mal de ellos y de nosotros me pueden chupar bien la pija”.
Apenas pasadas las 21.30, el Monumental se quedó a oscuras y la banda que todos esperaban se dejó ver. “Miradas” dio inicio al show (la frase “cuántos giles y caretas te llenan River” puede entenderse como ironía) y pegado le siguió “Otra noche más”. El primer estreno de “Pecado Capital” -que ya es disco de oro- fue “Risas de pobre”, que recuerda a “Imposible”, de Callejeros. Recién después de “Lo olvidó” y “Mañana”, el cantante Rolo Sartorio saludó a la multidud: “Muy buenas noches, mis amigos. Vamos a recorrer toda nuestra historia para despedir un gran año. Espero que la pasen bien”, y sonaron la festejadísima “Mi banda de rock” y “Argentina”, con “Camina el dolor” intercalada entre ambas.
Los acordes de “Sobreviviendo” terminaron por desatar la euforia. Si bien el tema fue recibido con alegría, estalló aún más con la aparición del cantautor Víctor Heredia. Siguieron “Por qué”, “Enloquecer” (con el estribillo coreado por la gente), “Otro lugar” (en compañía de David Lebón), “Salir”, “Madrugada” (junto a Néstor Ramljak, de Nonpalidece) y “Una canción” (con el productor Armando Ávila). Al final de “Un error”, un seguidor saltó el vallado y corrió hacia Rolo, que sentenció: “Estamos orgullosos de gente como esta, que quiere un abrazo del artista que está tocando y nada más. Lo único que necesitan es respeto”.
En seguida subió Luciano Napolitano con su remera de Lovorne para tocar “Confundido” (rescate de “Descartando miserias”, de 2007) y antes del intervalo incluyeron “Dicen”, “Mano a mano” y “Venenosa”, sumando las palmas del campo, la popular y las plateas. Mientras el resto de los músicos se tomaba un descanso, el baterista Javier Pandolfi ofreció un solo que culminó con una gran ovación y el regreso de La Beriso junto a Walter Giardino y el bajista estadounidense Stuart Hamm, para “Realidad” y “Dónde terminaré”.
Los reiterados amagues de despedida comenzaron en “Amaneciste” -dedicada “a todas las mujeres maltratadas y asesinadas”– y continuaron luego de casi todas las canciones que ejecutaron hasta el real cierre. Los fanáticos pedían seguir y la respuesta fue “Pensamientos”, “Todo es mentira”, “Tres mujeres y ella”, “Legui” y una de las máximas emociones de la noche: “Cómo olvidarme”. Al lado del piano de Ismael “Conde” Kung, Sartorio comentó, muy conmovido, que esa canción recuerda el último día de su hermana y pidió “compartir el dolor, recordar a los que se fueron y nos esperan en otro lugar”.
Durante “Ella”, las tres pantallas proyectaron la leyenda #NiUnaMenos y “Tan sola” mostró a Rolo colgado de una de las cinco torres de sonido al tiempo que una lluvia de papelitos caía sobre el campo. Antes de “Esa banda de moda”, el líder confesó que la compusieron para “divertirnos un rato con los boludos que nos critican y después se suman” e invitó a Los Auténticos Decadentes, “porque están en cada fiesta argentina”. La lista llegó a su fin con “No me olvides” (con el Tano Marciello en guitarra) y “Traicionero”. Entonces los músicos y los integrantes del staff saludaron y recibieron el cariño de su gente, con fuegos artificiales de fondo.
Pasaron tres horas y 33 canciones que marcaron el regreso del rock nacional al estadio más grande de Capital Federal. Comenzaba la siempre lenta y difícil retirada. Afuera los vendedores de sándwiches, panes rellenos y bebidas se preparaban para el momento de mayor trabajo. La Beriso ofreció a sus seguidores motivos para seguir abrazándolos. Y a sus críticos, otro tema de conversación. Comparaciones y gustos al margen, llenaron River y reafirmaron el cartel de “banda de estadios”. Queda instalada, además, la obvia pregunta: ¿qué les espera en 2017?
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